Hace ya diez años que tomé una
decisión muy importante en mi vida, siendo apenas adolescente sin saber nada de
la vida, fui a ver una obra y quedé enamorada del teatro, dentro de mi terquedad
y rebeldía adolescente, averigüe sobre escuelas que impartieran clases de
teatro, pregunté, llamé, averigüe y de la ÚNICA que me entere y acudí fue la
Escuela Nacional de Arte Dramático, con tan solo 15 años sin decir nada a
nadie, fui y investigue todo lo que era necesario para inscribirse y así lo hice,
estaba terminando yo mi último año de bachillerato y esa ha sido una de mis
mejores decisiones hasta ahora, tuve clases con profesores estupendos, fuertes
quien hasta me causaba miedo escuchar su voz, lloré muchas veces por pensar que
no sería capaz de lograrlo, Uribe, Checo, Olguita, Nápoles, Claudio, Orestes,
Lina, Vidal, Laura, Arturo, María, Radhames, Bienvenido, Ana Hilda, Pericles,
Ernesto, si se me escapa alguno que me excuse pero ya han pasado muchos años,
hay uno que dejo de ultimo porque para mí fue el más especial, mi querido Haffe
el que inyectó en mi con su ejemplo la pasión por el teatro, ese ánimo, esa
fuerza, ese contenido y entrega que el teatro requiere de cada intérprete, de
cada persona que en él se interesa. La
Escuela de Arte Dramático me permitió crear amistades fuertes, firmes casi fraternales, (Pasamos muchas cosas juntos en
esa promoción).
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Examen de Direccion |
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Monologo 3er año |
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